LA LUNA, LA ETERNA INSPIRADORA. Gustavo Adolfo Béquer escribió: «En el majestuoso conjunto de la creación, nada hay que me conmueva tan hondamente, que acaricie mi espíritu y dé vuelo desusado a mi fantasía como la luz apacible y desmayada de la luna». Un siglo más tarde, en su celebre novela El cielo Protector, Paul Bowles añadió: «How many more times will you watch the full moon rise? Perhaps twenty. And yet it all seems limitless». En 1990, Bernardo Bertolucci realizó una magnífica adaptación cinematográfica con el mismo título. Como final de la película se cita la frase sobre la luna de Bowles. Sin duda, la noche del 19 de marzo será un estupendo momento para recordar esta secuencia o la frase completa en el libro:
«La muerte siempre está en camino, pero el hecho de que no sepamos cuando llegará parece restarle finitud a la vida. Lo que odiamos tanto es esa terrible precisión. Pero como no sabemos, nos toca creer que la vida es un pozo sin fondo. Sin embargo, las cosas ocurren solo un determinado número de veces, en realidad, muy pocas. ¿Cuántas veces más recordarás cierta tarde de tu infancia, una tarde que forma una parte tan entrañable de tu ser que ni siquiera puedes imaginar la vida sin ella? Quizá cuatro o cinco veces más. Quizás ni eso. ¿Cuántas veces más verás salir la luna llena? Quizás veinte. Y sin embargo todo parece ilimitado.»
EL MITO DE ENDIMÓN
La fascinación por la luna, tal vez, es tan antigua como el ser humano, aunque, curiosamente, en la pintura rupestre del Paleolítico Superior, no se representa a la luna, ni al sol ni a las estrellas. En las civilizaciones con cultura escrita, sin embargo, la mitología lunar ocupa un papel destacado. El mito más conocido es el de Endimón y Selene:
Endimón fue el primer hombre en observar la luna y enamorarse de ella. Algunas versiones lo describen como uno de los reyes de Élide o Caria, sin que se pueda determinar cuál es la ciudad original. Otras versiones como un pastor. En cualquier caso, era hijo, o nieto, de Zeus, y la leyenda cuenta que era muy apuesto y gracias a su padre, o a su tío, se le concedió el deseo de ser enteramente joven pero en un sueño eterno. Selene, la diosa griega de la luna, correspondió al amor de Endimón y cada noche se unía a él en una gruta del monte Latmo.
A su vez, Selene era representada como una joven de gran belleza que, al igual que sus hermanos Helio (el sol) y Eos (la Aurora), recorría el cielo, en un carro de plata tirado por dos caballos. Sólo detenía este paseo para reunirse con su enamorado, aunque, según otras leyendas, Selene tuvo amores con Zeus y el dios Pan. Selene ha servido recientemente de inspiración para la protagonista de la película de vampiros Underworld. El relato más popular, sin embargo, es el de sus amores con Endimión y así es como la ha solido representar el arte.

Endimione e Selene, Pompei, Casa dei Dioscuri, Museo archeologico nazionale di Napoli. Fuente imagen: Wikipedia
Más imágenes de Selene y Endimión con derechos reservados en los siguientes enlaces: Ubaldo Gandolfi, Victor Florence Pollett, George Frederic Watts, Sir Edward Poynter y Francesco Solimena
LA LUNA Y LA PUBLICIDAD
La luna, independientemente del relato de Endimión, ha sido una de las grandes inspiradoras del arte. Sin embargo, en la publicidad aparece menos de lo que podría esperarse. En ambos casos, el reto, como cualquier mito, no es sólo contar la historia sino saber actualizarla. A modo de homenaje, mostramos aquí una selección…

Vintage French Advertising Art. image in the public domain believed to be free to use without restriction in the US.
A pesar de ser una milenaria tradición, esta romántica imagen pronto ser verá drásticamente alterada a finales del siglo XX. En efecto, la llegada del hombre a la luna (recordemos, un 20 de julio de 1969) rompió el mito de la luna como una bella mujer, sustituyéndolo por un objetivo de la ciencia, sinónimo de tecnología punta.
Ahora bien, la llegada a la luna no tiene porque ser un tema serio, como la tecnología del reloj Omega. La luna también ha inspirado publicidad con sentido del humor. Un Haiku japonés dice «si se aplicase un mango a la luna, !Que bonito abanico!» Quizás, inspirados por este poema, Chupa Chups pensó en el siguiente anuncio: La frase en inglés dice: «¿Por qué está escondida la luna?».
Más anuncios basados en la llegada del hombre a la luna: The Moon Landings and Life magazine, adoholik… Por fortuna, el romanticismo de la luna no ha desaparecido del todo: Darryl Hannan, en 1994, protagonizó este anuncio del Perfume Lagerfeld

(fuente imagen: http://www.bambootrading.com)
Otros anunciantes, como en este caso Nivea, han optado por conservar el encanto de la visión de la luna, tal como se ve desde la tierra, logrando un poderoso reclamo con un mensaje minimalista. Al fin y al cabo, la luna, en si misma, se basta para seducir…
Y por último dos vídeos, que lejos de ser el fin confirman la milenaria fascinación del ser humano por la luna, aunque tal vez ella ignore nuestros deseos, nuestros sueños, nuestras fantasías… En su poema Pan y Vino, el poeta que murió loco, Hölderlin, cantaba:
Mira! y la silueta de nuestra tierra, la luna.
Viene ya secretamente también; la entusiástica, la noche viene.
Llena de estrellas y bien poco preocupada de nosotros,
Brilla la que se admira allí, la extranjera entre los hombres,
Sobre las cumbres de las montañas subiendo triste y espléndida