MERCURIO ES UN DIOS MUY ANTIGUO. El historiador romano Tito Livio menciona que el templo de Mercurio fue consagrado en el año 495 a.C., es decir, 4 siglos antes de que Julio César (100-44 a.C.) convirtiera Roma en una potencia internacional. Este templo fue edificado en el Aventino, una zona próxima al puerto de Roma, el centro del comercio en aquella época. Por lo tanto, la cofradía de los mercuriales era una de las instituciones más vetustas de la ciudad y sirvió de modelo para los llamados “Collegia Mercurialium”, los centros de negocio dispersados por todo el territorio del imperio. No es extraño que las palabras mercancía –merx- y comerciar –mercari- estén relacionadas con el nombre del dios: Mercurius… El nombre del día miércoles también procede de esta raíz. Un atributo característico de este dios era la bolsa de monedas, símbolo del comercio, que los artistas suelen colocarle en la mano derecha.
Como consecuencia de la helenización de la cultura romana, Mercurio fue identificado con el dios griego Hermes, mucho más rico en atributos y símbolos. El dios griego es una de las figuras mitológicas más comunes en la cerámica ática (sobre todo en los vasos de figuras negras) y desempeña un papel muy importante en muchos mitos como acompañante de los muertos, cualidad que le valía el nombre de psicopompo («guía de las almas»). También pasaba por ser el dios de los pastores, los viajeros, los caminos, los ladrones, los deportistas y los inventores (dio a los hombres la música, varios instrumentos como la lira, el alfabeto, la astronomía, la gimnasia, los pesos y las medidas). Todas estas cualidades -materiales y espirituales- pasaron a formar parte del dios romano Mercurio, lo que le permitió convertirse en el símbolo de la ambivalencia característica de los comerciantes…
En efecto, el combinado Mercurio-Hermes acabo siendo la divinidad tutelar de los mercaderes, los ladrones y los magos, o alquimistas, ¿y acaso, en el arquetipo de toda venta, no se esconde el miedo a ser engañado (ladrón) y el deseo de quedar encantado (mago)?… En consecuencia, el vendedor siempre vive en equilibrio. En parte porque su oficio, vender, requiere un beneficio, algo material, y una fantasía, algo intangible. En parte porque viaja, o sus productos están expuestos a la incertidumbre del viaje. En efecto, Mercurio también es el dios de los viajeros, y uno de sus símbolos es un par de alas. Las puede llevar adheridas a unas sandalias o a un sombrero, llamado «pétaso». Sin embargo, en ocasiones, las alas forman parte de su talón o su sien . La costumbre de representarlo con alas tanto en la cabeza como en los pies es moderna.
Mercurio también es un dios en constante equilibrio porque se relaciona con personas, y éstas son caprichosas, mudables, volubles. Los mercaderes, como Mercurio, deben ser flexibles y saber adaptarse a las circunstancias. Ningún vendedor puede tratar a sus clientes de la misma manera y no es casualidad que Mercurio sea, así mismo, el dios de la elocuencia y los oradores. Además, el dios en constante equilibrio era el patrón de las balanzas y las pesas.
Por influencia del dios griego Hermes, Mercurio fue, además, el mensajero de los dioses entre los hombres (es frecuente confundir ambas divinidades). Su canal de comunicación preferido eran los sueños. Como las marcas, Mercurio hablaba de aquello que todos deseaban oír, sentir, percibir. Como las marcas, Mercurio debía conocer el lenguaje del inconsciente, de los sueños, de la imaginación. No es extraño que haya una estatua de Mercurio en todas las lonjas de comercio ni que el caduceo del dios sea el emblema de diversas instituciones dedicadas al estudio y la enseñanza de las ciencias económicas. La Apoteosis de Washington es un fresco de gran tamaño plasmado en la Rotonda del Capitolio de los Estados Unidos, en Washington D.C., por el artista italiano Constantino Brumidi en 1865. En dicho fresco, se muestra al dios mercurio entregando una bolsa de oro a Robert Morris, el mercader que financió la Guerra de Independencia de los Estados Unidos.
Como ya hemos dicho, para recordar la necesidad de flexibilidad de todo comerciante, es muy frecuente ver estatuas de Mercurio en lugares de actividad comercial. En ellas, el dios es mostrado volando o con un pie en la tierra y el otro en el aire, en perpetuo equilibrio.
En el siglo XX, la figura de Mercurio fue adoptada como símbolo de progreso: recordemos que era el dios de los viajeros y, como tal, de los medios de transporte. Así nació la marca de coches Mercury, perteneciente a Ford Motor Company, pero también una marca de frutas, como Mercury Brand, que, mediante el símbolo del dios romano, daba a entender la rapidez con las que podían servir cualquier pedido.
Recientemente, Lacoste lanzó una campaña que evoca –y adapta- con gran acierto la cualidad mercurial de toda marca: el equilibrio. Los anuncios muestran a diferentes jóvenes flotando en actitud de dar un paso, con una frase, a modo de eslogan, que dice: “un peu d’air sur terre” (Un poco de aire en la tierra)…
Otra marca que se ha inspirado en el mito de Mercurio es Adidas. Para la campaña de otoño-invierno 2010, Jeremy Scott ha diseñado una línea basada en las alas del dios romano (fuente de las imágenes: SDG)
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me pareció un articulo muy informativo y de sencilla comprensión. pero me gustaría que se extienda mas sobre el báculo que porta el dios mercurio.
Muchas gracias por su comentario e interés en que escriba otra entrada. Tendré en cuenta su sugerencia y espero publicar pronto la historia del báculo de Mercurio. Un saludo cordial. Fernando Garcés
Buenos días, Flor Lunar. Sólo informarle de que, durante el proceso de cambio del nombre del blog, he cometido un error y ahora he perdido el tráfico habitual del blog con el anterior nombre («estrella roja»). El artículo sobre el caduceo aparecerá en esta nueva ubicación: «marcasehistoria». Un saludo. Fernando Garcés
Sencillamente excelente
Buenas tardes Roberto
Muchas gracias por tu comentario. La figura de Mercurio me fascina, y aún añadiría más cosas, pero creo que lo más importante ya queda dicho. Un saludo cordial