Cloud Computing: ¿realmente una nube?

Frigg

LAS NUBES, EL HOGAR DE LOS DIOSES. Así ha imaginado siempre el ser humano el mundo detrás de las nubes. Zeus, el gran señor del Olimpo, es descrito por Homero como el “recolector de nubes”. Frigg, la esposa de Odín, tejía las nubes y vestía vestimentas blancas u oscuras, de acuerdo con su humor, siempre variable. Sólo ella tenía el privilegio de sentarse sobre el trono de su marido y, desde allí, observaba todo el mundo, en el espacio y en el tiempo. Mito, por cierto, que demuestra que las mujeres son capaces de guardar importantes secretos, ya que nadie podía persuadir a Frigg para que, desde las nubes de su reino, revelará el futuro. No obstante, nuestra especie, no ha perdido la confianza de entrever algo y, para ello, inventó la aeromancia, el arte de adivinar el devenir contemplando las nubes y otros fenómenos naturales. Más recientemente, Ramón Gómez de la Serna, con su habitual sentido del humor escribió que “el mejor destino que hay es el de supervisor de nubes, acostado en una hamaca mirando al cielo”

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Y algo de cierto debe haber en ello, cuando así imaginamos el futuro gracias al reciente fenómeno del Cloud Computing: Éxito, tranquilidad, satisfacción… En especial, después de que el difunto Steve Jobs anunciará, antes de fallecer, su última profecía:  ICloud, el servicio que permitiría a todos los dispositivos Mac estar en contacto con la nube de Apple, una marca que millones de seguidores contemplan como los antiguos creyentes el cielo. Nuestra intención, sin embargo, no es hablar de este héroe digital ni de los aspectos comerciales, financieros o técnicos del ICloud y compararlos con el fenómeno más global del Cloud Computing o Clouding. Aquí sólo pretendemos recordar al lector la curiosa etimología del término “cloud”, que nos devuelve a la tierra, y, a continuación, llevarle a un viaje aún mucho más profundo, ya que «The Cloud» es, en gran medida, unos cables por el océano…

1.- Cloud, significado original «colina

Hasta hace poco, una persona “en la nubes” era alguien soñador y poco realista. Hoy en día, en cambio, la gente que entiende “de la nube” son los que saben como funciona el presente, también llamado 2.0, y, en teoría, están más preparados para adaptarse al futuro, también llamado 3.0. Este cambio de sentido se debe a la influencia del término inglés Cloud, que, en el mundo informático, designa todo tipo de información susceptible de ser almacenada en Internet para ser consultad desde cualquier dispositivo con acceso a “la red”, otra interesante expresión, similar a Cloud. Sin embargo, Cloud tiene un origen más cercano a nosotros de lo que nos imaginamos. En concreto, la tierra… Cito a John W. Wilkinson, en su siempre interesante sección de etimología, Globish, del Magzine de la Vanguardia: 

En inglés antiguo, el significado de cloud era colina, pero más tarde se apropió del de nube, ya que la idea raíz era la de una masa; lo que dio pie a que se acuñaran palabras afines como clod (terrón), clot (embolia, coágulo) o clew (es más común la grafía clue), que quiere decir pista –el juego de tablero Cluedo le debe su nombre– u ovillo, como el que permitió al sabio Tiresias salir del laberinto; pero sin olvidar el clay de feet of clay (pies de barro). En fin, una nube da para mucho, incluso hasta el punto de exclamar, como hizo en 1965 Mick Jagger, “Hey, you, get off of my cloud!” (¡oye, tú, sal de mi nube!)”. 

Con fina ironía, Wilkinson, termina recordando que los usuarios del clouding quizás no están, o estarán, tan lejos de la gente en las nubes: “Sea como sea, a partir de ahora irá en aumento el peligro de acabar uno en cloudland (Babia)”. Para completar este etimología, creo necesario añadir otro importante uso de cloud en inglés. Utilizada como adjetivo, cloudy, quiere decir “triste”. En principio, podría pensarse que como metáfora de un cielo nublado. Sin embargo, en inglés antiguo, cloudig quería decir “rocoso, lleno de acantilados”, uno de los paisajes tradicionalmente asociados con una persona triste. La etimología me recuerda uno de mis cuadros favoritos:

El caminante

El título de este cuadro es El caminante sobre el mar de nubes (en alemán, Der Wanderer über dem Nebelmeer), y fue pintado, en 1818, por el pintor romántico alemán Caspar David Friederich. Cuadro que, en nuestro tiempo, ha inspirado no pocas versiones, como la del fotógrafo Colin Anderson 

Portuguese businessman looking the sign of dollar

2.- Cloud, significado real océano

El imaginario de la nube hace que «bajemos» y «subamos» documentos, como si de pasajeros de un avión se tratasen. Olvidamos que el 99 % de datos de nuestros ordenadores, en lugar de «volar», lo que hacen es «bucear»… En efecto, miles de kilómetros de cables transoceánicos transportan el «Big data», bien lejos de las nubes. No es una nueva idea. En 1858, el invento del telégrafo ya obligó a descubrir una tecnología complementaria para distribuir las señales por todo el planeta. Entonces, como hoy, el objetivo era salvar la enorme distancia entre continentes. Dos siglos más tarde, el camino más fácil sigue siendo bajo el agua. La nostalgia de aquellos primeros cables, toda una aventura para su época, ha inspirado un mapa que combina la cartografía vintage con los últimos adelantos audiovisuales. 

Cloud underwater

El objetivo del mapa es recrear ese mundo desconocido que subyace tras metáfora de «La Nube» (ver vídeo: underwater cables) Una notable excepción, sin embargo, es Indonesia donde la mágica y ansiada conexión se realizará mediante globos aerostáticos por cortesía de Google (ver: La Nube en Indonesia). La red social Facebook, por su parte, trabaja también en una iniciativa para llevar internet a áreas que ahora no están conectadas, aunque en lugar de globos prevé utilizar drones. Serán los únicos lugares donde la metáfora de «La Nube» se confirme con un cierto rigor.

En cualquier caso, la mayor parte del planeta seguirá conectado bajo el mar. Y tan costoso es crear el cableado de la Nube como mantenerlo, no sólo a nivel tecnológico sino político (ver: La geopolítica de Internet y The Cloud cannot ignore geopolitics). Teniendo en cuenta los problemas económicos que conlleva la pesca en la superficie, imaginen ahora el trasfondo de los tratados internacionales para regular el Big Data en el fondo de los océanos. No obstante, este nuevo territorio ha deparado sorpresas inesperadas. Por ejemplo, el inexplicable gusto de los tiburones por los cables que conectan nuestro mundo digital. Apetito que ha obligado a diseñar los cables con materiales y técnicas anti-tiburones. Curioso, en fin, como un concepto que designaba originalmente una colina haya pasado a simbolizar nuestro mundo digital, The Cloud, cuando en realidad, su hábitat natural es el de los tiburones…

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Recordando a Frigg y Mick Jagger

Como todo fenómeno social, el Cloud Computing está generando nuevos conceptos. Uno de ellos es el de la «nube híbrida». En 2011, Srinivas Krishnamurti vaticinaba: “La computación en la nube es ciertamente el futuro, pero nadie está dispuesto a pasarse inmediatamente a ella. Las empresas van a querer tener nubes privadas, donde se van mantener cosas demasiado estratégicas, y públicas. Así, se va a producir una nube híbrida.” En otras palabras, ¿volveremos a escuchar el grito de Mick Jagger Hey, you, get off of my cloud? Sólo Frigg, desde su trono de nubes, lo sabe…

  Cloud Quetion

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