Aequam: una actitud

Horacio, poeta romano

En literatura y filosofía, Aequam hace alusión a la Oda 2,3 del poeta romano Horacio (65 a.C. – 8 a.C.), contemporáneo de Julio César y el emperador Augusto. Siguiendo una antigua costumbre, el inicio del poema aequam servare menten– se ha convertido en un adagio, como Carpe Diem o Beatus ille, otros versos de Horacio. La traducción de esta oda ha sido un desafío durante siglos. En castellano, hemos elegido la de Alfonso Cuatrecasas (del libro Horacio: Odas-Epodos. Arte Poética, de Bruguera, Barcelona, 1984)

Aequam memento rebus in arduis

servare mentem, non secus in bonis

ab insolenti temperatam

laetitia, moriture Delli.


“Acuérdate de mantener en los momentos difíciles,

un espíritu sereno,

e igualmente en los felices,

preservando de la insolente alegría, oh mortal Delio”

Esta oda está dirigida a Quinto Delio, un amigo del poeta a punto de emprender un viaje, una auténtica aventura en aquellos tiempos. Durante el resto del poema, Horacio recuerda que todos tenemos que partir hacia la Muerte, tarde o temprano, ricos o pobres. Nadie puede evitarlo. Lo único que depende de nosotros es la habilidad de mantener el espíritu sereno: aequam servare menten, literalmente “ecuánime preserva la mente». En otro poema, Horacio escribió: “Lo que hace falta es someter a las circunstancias, no someterse a ellas”. La última parte de la oda –“preservando de la insolente alegría”- hace alusión a la creencia grecoromana de que los dioses se suelen vengar de los soberbios. Por lo tanto, el éxito depende de la virtud de la prudencia.

José Cadalso, el ilustre escritor español del siglo XVIII, escribió en una de sus famosas Cartas Marruecas: «Si me pongo alguna vez muy despacio a consolar algún amigo, o a mí mismo, sobre alguna de las infinitas desgracias que nos pueden acontecer a todos los herederos de Adán, sírvase Vm. poner de muy bonita letra lo de Horacio: aequam memento rebus in arduis servare mentem».

CONTIUNIDAD

La oda de Horacio ha tenido una enorme influencia en la cultura occidental. Cada época ha elegido nuevas palabras para expresar su contenido, sin embargo, el mensaje siempre era el mismo. Hoy en día podríamos traducir el poema de Horacio con la palabra proactividad, la habilidad que nos faculta para ser responsables de nuestra conducta, tanto en la adversidad como en la fortuna. El término fue acuñado por Viktor Frankl, un psiquiatra austríaco que sobrevivió a los campos de concentración nazis y autor del libro El hombre en búsqueda de sentido. Años después, Stephen R. Covey popularizó esta palabra al convertirla en el primer hábito de su celebrado libro Los siete hábitos de las personas altamente efectivas. En consecuencia, la expresión proactividad está de moda en el ámbito de la dirección de empresas y de los cursos de formación. Sin embargo, el concepto que expresa es bien antiguo, como demuestra la oda de Horacio. Y es que los árboles frondosos tienen raíces profundas…

TRADICIÓN E INNOVACIÓN

Desde AEQUAM queremos tender un puente entre la sabiduría del pasado y la inteligencia del presente, convencidos de que nuestro futuro depende del correcto equilibrio entre ambas. La identidad de una marca, al igual que la de una persona, estriba tanto en lo que conserva como en lo que cambia. Por consiguiente, en AEQUAM creemos en la necesidad de combinar las más recientes estrategias de formación, como la PNL (Programación Neuro-Lingüística), con las  lecciones de los grandes personajes del arte y el pensamiento. Para nosotros, sólo son marcas aquellas empresas con conciencia de su proyección cultural e histórica. 

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Fernando Garcés Blázquez

www.aequam.org




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